domingo, 23 de noviembre de 2014



Esta última idea es aplicable también en la comunicación. Es cierto que nadie nace sabiendo comunicarse. Pero también es verdad que todos podemos ir aprendiendo y ejercitando el dialogo, la simetría y la libertad entre sujetos que se conciben autónomos entre sí, aun en circunstancias adversas.
Habría que reconocer que este planteamiento de comunicación no se acopla muy bien a las condiciones de la sociedad, pero en si adaptable y manejable en aquellos  grupos que logran organizarse en democracia. El aprendizaje y ejercicio de una comunicación dialógica, simétrica y libre son útiles, convenientes y necesarios para el desarrollo de sujetos colectivos:
a)      Tanto para consolidar las relaciones an intra (= hacia adentro) del grupo (=comunicación intragrupal);
b)      Como para iniciar y mantener las relaciones inter (= entre) un grupo y otro (=comunicación intergrupal).
Finalmente, tres principios válidos para cualquier forma, nivel y tipo de comunicación y por tanto, para la comunicación intragrupal e intergrupal son:
a)      Una actitud abierta hacia ‘’el otro’’ para presentarse frente a el tal como uno es, como uno piensa y siente y expresar esto en las acciones; a esto se le llama principio de congruencia.
 
b)      Una actitud permanente de escucha y hasta de mirada ‘’al otro’’ sin prejuzgar sus pensamientos y sentimientos y menos aún, sin descalificarlo por el simple hecho de que no se esté de acuerdo con él; se denomina principio  de reconocimiento
c)      Una actitud benevolente hacia el otro que permita adentrarse hasta donde sea posible, sin negar la propia identidad, en sus pensamientos y sentimientos  y considerarlos como propios, como única vía para establecer con el relaciones de simpatía o comparación. Aquí se tiene el principio de empatía
 
José Manuel Salgado Amador

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